miércoles, 10 de marzo de 2010

El preludio

La improvisación de preludios surge de la preparación del músico antes de tocar. Algunos músicos se plantean los ejercicios de calentamiento, prueba del instrumento o afinación como algo creativo y musical, no meramente mecánico. Eso ocasiona que se produzcan una serie de pequeñas piezas que, en algunas ocasiones, comienzan a plasmarse en el papel.



En Francia se desarrolla una forma de preludio a medio camino entre la composición y la improvisación, el Preludio sin medida. En los preludios sin medida aparecen las notas sin ningún ritmo asociado, con ligaduras de fraseo. Es el músico en cada momento quien decide el ritmo, los matices, la articulación,...

Otros preludios se escriben en forma de acordes que deben de desarrollarse por el músico en la interpretación en forma de arpegios. En este caso también es el músico quien decide en el momento la forma, el ritmo y el desarrollo del arpegio.

El preludio pasa a formar parte de algunas composiciones como la fuga o la suite como pieza introductoria a otra de mayor entidad. Entre estos preludios completamente compuestos algunos conservan el carácter improvisado mientras que otros se elaboran con procedimientos contrapuntísticos propios de la invención, el concierto o la fuga.

La improvisación de preludios es una práctica que continuó siendo muy apreciada hasta fechas bastante recientes. Sin embargo en el ámbito de la música llamada "clásica" la práctica de la improvisación ha sido relegada a un segundo plano por la excesiva valoración de la técnica y el mecanicismo.

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